No puedo seguir publicando mis fotografías sin antes hacerle una mención a este pequeño gran tren. Le Train Jaune, El Tren Amarillo de la Cerdaña. Esta maravilla que milagrosamente casi en su totalidad sigue prestando servicio, es toda una experiencia ferroviaria que nadie a quien le guste este mundillo debería perderse.
Carriles sin soldar que proporcionan un traqueteo tan mágico como antiguo, un rugido de engranajes que enriquece los oídos, los compresores que se pueden apreciar a diferentes ritmos según las necesidades eléctricas de la tracción... Y si sumamos las vistas, desfiladeros, túneles, lo abrupto del terreno y lo sinuoso del trayecto; tenemos una línea ferroviaria con mayúsculas.
Se han ido oyendo rumores que para el año 2016 la SNCF pretendia recortar la línea a Font-Romeu o Mont-Lluis desde Villefranche, esperemos que no sea cierto y podamos disfrutar muchas décadas más éste museo rodante.
La instantánea está tomada en el término municipal de Saillagouse, sobre el puente del Rec de Baell.
La línea también dispone de dos automotores Stadler de reciente construcción en Suiza que no han dado mucho más que problemas, aparte de quitarle casi todo el encanto a la línea con sus coches casi herméticos, sin ventanas practicables ni coches descubiertos, ni la mecánica artesanalmente conservada.