Siempre viene a mi cabeza la estampa de un tren de mercancías estadounidense recorriendo una calle por el centro de la calzada, haciendo sonar constantemente su campana para advertir de su colosal paso cuando estoy en el lugar de la instantánea.
Aquí no hay nivel suficiente para tener algo así, pero curiosamente tenemos una situación similar. En este caso de ancho métrico, y además con una locomotora de origen estadounidense, General Motors nada menos.
La 254.01 de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya con un aspecto un tanto desaliñado remolca una larga composición de tolvas de Potassa ó sal potásica, camino del puerto para poder descargar.